
Galpón de mi casa en Coronado
Palabras, fluyan hacia el entendimiento y háganse comprensibles a quien las lee.
Dios, guía mis manos para ser claro y honesto con mis sentimientos y esencia.
1-UNO
LA PIEDRA FILOSOFAL
De chico quería ser alquimista.
Jugaba en el fondo de mi casa con latas de paté y de tomates, para fabricar y conseguir la tan ansiada piedra filosofal.
Si todo se convertía en oro, seríamos millonarios.
Pero este asunto de que todo se convirtiese en oro me llenaba de miedo a su vez.
“¿Y si esta piedra se cayera al piso? ” -pensaba- “todo sería de oro”.
¿Para qué tanto trabajo en mis fórmulas mágicas si todos iban a ser ricos?...
Entonces una de mis preocupaciones era cómo mantener esa piedra aislada para que sólo yo tuviese ese poder.
Inventaba aparatos con ramas e hilos. Pero todos los bosquejos fallaban.
Todos los elementos, en cierto momento, tenían que estar en contacto con esa piedra y por su gran poder, el hilo sería de oro, las ramas serían de oro, y si por error la tocaba yo mismo con mis dedos, yo sería una estatua dorada también y chau alquimista.
¿Será por eso que nunca la descubrieron, o si lo hicieron, su descubridor estará quieto y tieso en algún laboratorio, solo con su descubrimiento y jamás salió a la luz por eso?
Mis pensamientos llegaban casi a la desesperación.
Cómo manipularla una vez que la descubra.
Llegó a mi conocimiento algo que se llamaba magnetismo.
“Esa es mi solución” - pensé.
Leí sobre los campos del magnetismo, probé con imanes que se atraían y repelían.
Pero tampoco funcionaban en las piedras.
Todas los objetos tienen su polo, la tierra es un gran imán, pero yo no podía conseguir manipular una piedra sin tocarla.
Me enteré que los Egipcios supuestamente hacían levitar a las piedras para construir las pirámides.
Ellos seguro conocían el secreto de cómo manipular la piedra filosofal.
Y descubrí que todo eran suposiciones, que no dejaron nada escrito de su tecnología.
Después me interesé por la telequinesia, pero mi mente no tenía suficiente poder para mover un pequeño canto rodado.
Años buscando la solución, y finalmente nunca me puse a buscar cómo obtener la piedra filosofal.
Dejé abandonados en el taller mis elementos de magia y alquimia.
Después de años y ahora de adulto, me di cuenta que soy lo que soy gracias a mi curiosidad.
Sé de muchas cosas, leí de todo, aprendí mucho, me falta mucho todavía.
Pero la búsqueda de mi piedra me abrió el camino hacia la iluminación del saber.
En el fondo de casa, fui al viejo taller de alquimia después de la muerte de mamá.
Estaba todo intacto. Y descubrí algo que increíble e inexplicable.
Dentro de una de mis latas encontré una pequeña hormiga al lado de mi canto rodado.
La tome con una pinza y descubrí que era de oro puro, brillante, hermosa, con sus antenas y patas conservadas.
Mi cuerpo comenzó a temblar.
“¿Qué hago ahora? ¡Puedo ser rico! “, me envolvió otra vez el miedo a la piedra y el no poder manejarla. No sabía qué hacer.
De alguna manera la lata de conserva de tomates había aislado a la piedra.
“ ¿Pero si cayese en malas manos, si fuese usada para el mal? “.
La posibilidad de ser multimillonario rondaba por mi cabeza.
Pero tomé una decisión que cambió para siempre el rumbo de la historia.
Cerré el taller.
Dejé todo como estaba e hice de cuenta que jamás vi lo que pasó.
Nunca conté a nadie de esto.
Ahora, cuando se acerca el final de mis días confío en ti. Guarda este secreto.
La alquimia existe pero la gente no está preparada aún para este cambio.
Todos somos oro, valencias expectantes en nuestras moléculas de más o de menos.
Enrique Morel
2 comentarios:
Gracias Enrique por confiarnos como lectores la alquimia de tus palabras, de los relatos surgidos de tu corazón y de la memoria. Es una trama de colores que se vuelca en literatura, y un haz de palabras que brotan en tus cuadros.
Guardaremos el secreto, porque la alquimia está presente a cada momento, expresión de la vida y de tu arte.
primi, estoy orgullosa de vos, tarde me doy cuenta que papá tu padrino decía siempre "es especial", voy a llevarme tu obra a un lugar nuevo para mí, es el Hospital Moyano, me voy a incorporar a un TALLER DE POESIA, creo que esa magia la poseen muy pocos y sos uno de ellos, me ennoblece ser tu prima mayor, TKM
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