
Arco Iris en el Jardín Coronado

Tormenta en Coronado
5 - CINCO
TORMENTA DE VERANO
Coronado es caluroso. Típico de la pampa ondulada.
Sobre el cerro que se emplaza nuestra casa, se veía a la lejanía - recuerdo - cuando era pequeño.
Salía a la vereda y el arroyo pasaba por la mitad de lo que es la calle, lo sigue haciendo ahora entubado bajo el asfalto caliente.
Las tormentas de verano eran esperadas por todos.
A pleno día cuando el cielo se cubría de nubes negras de golpe, aparecía esa gran raya negra q iba tiñendo el cielo a su paso, y el viento arrastraba todo lo que encontraba a su camino.
Las madres salían a la calle a llamar a sus hijos para que entren a la casa.
Los chicos corríamos hacia el interior aunque en realidad queríamos quedarnos afuera.
Comenzaba la tormenta y cada uno la miraba desde la ventana de su casa.
El caudal del arroyo crecía hasta el borde y se desbordaba arrastrando los tachos de basura con toda velocidad.
El viento movía las ramas de los árboles y producían un zumbido aterrador con crujidos incluidos.
El agua caía a toda velocidad y regaba las veredas desparejas de mi cuadra.
De repente la calma.
Nuestras madres ya no podían detenernos en el calor del hogar.
Instantáneamente e instintivamente salíamos corriendo a chapotear en el agua, embarrarnos, jugar y disfrutar de la frescura del agua de esa tormenta repentina.
El día terminaba con todos los chicos sucios, en cada casa era la lucha para bañarse, para no enchastrar el piso, para no pisar las alfombras, para no entrar así a la habitación encerada.
Llegábamos a la noche cansados y contentos de divertirnos con las cosas simples de la naturaleza.
Hoy las lluvias veraniegas no son lo antes.
En el asfalto apenas se forma un hilo de agua debido a los desagües fluviales.
El arroyo ni se escucha ni se puede ver encerrado y atrapado en el circular concreto.
Y los chicos... bueno... los chicos ya crecimos.
Pero las nuevas generaciones de Coronado no se mojan con la lluvia, prefieren estar en casa, conectados a Internet con el aire acondicionado.
Pero bueno,,, los tiempos cambian.
Miro por la ventana, se avecina una tormenta.
Voy a salir a caminar.
Querés venir conmigo ? - Te digo -
Si vamos - me contestás contento. Abrís el armario y buscás el paraguas.
Te miro y echó a reír.
Comienza a llover a la antigua (cómo decía mamá)
Compañero mío, abrimos la puerta, te tomo de la mano.
Dejamos el paraguas en el umbral blanco apoyado en el mármol.
Vamos a chapotear en los recuerdos mientras me bailas " I singing in the rain" de una manera cómica.
El agua purifica nuestras almas.
Nos besamos bajo esas gotas cristalinas que el universo nos ha regalado.
Ahora no hay tiempo.
Podés escuchar el arroyo como yo?
Enrique Morel
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